Por: DRA. AIDA DEL CARMEN SAN VICENTE
En las siguientes líneas me permito reproducir mi historia de violencia de género instigada y solapada por el director de la Facultad de Derecho de la UNAM Raúl Juan Contreras Bustamante, temo mucho a las represalias porque tienen prácticas gansteriles, pero debo alzar la voz para que no se repita y no existan más víctimas, tengo pruebas de todo y no miento, esto es lo que padecí durante 3 años:
- El 17 de noviembre de 2020, tuve una entrevista vía zoom con el director de la Facultad de Derecho, Raúl Juan Contreras Bustamante, esta reunión fue gestionada por el licenciado Sergio A. M., en atención a que el director solicitó currículums de jóvenes maestras para el programa SIJA pues había 4 plazas disponibles, Sergio tuvo a bien recomendarme en atención a mi experiencia y labor en la Facultad de Derecho. En la entrevista estuvo presente vía zoom el director y Sergio, en esa entrevista fui agredida, vilipendiada y humillada por Raúl Juan Contreras Bustamante.
Comencé a exponer mi plan de trabajo que tenía dos ejes: didáctica para la bioética y el bioderecho, y violencia de género, cuando pronuncie estas últimas palabras, el director Raúl Juan Contreras Bustamante me interrumpió abruptamente para decir: “la violencia de género no me interesa, nunca nadie está contento con ese tema, te critican porque haces o porque no haces, la violencia de género no sirve, ya para eso está el Observatorio de Violencia de Género de la Facultad y no ha servido de mucho, ni destaca, eso no me interesa”. Yo quedé boquiabierta, como me indignó su comentario le dije: “en ese rubro hay mucho por hacer, hay que capacitar y sobre todo sensibilizar para identificar micromachismos, la facultad tiene muy normalizada la violencia de género, hay que dignificar a la comunidad”. De nuevo me interrumpió y me dijo: “mira ese tema no es importante”. En ese momento intervino Sergio y me pidió que le comentara al director sobre mi experiencia profesional.
En ese momento, traté de calmarme, porque no entendía la actitud a la defensiva del director. Comencé a relatar mi experiencia, destacando mi trabajo dentro y fuera de la Facultad, mencioné que tenía experiencia en otras universidades, que a nivel nacional e internacional solía colaborar con clases, ponencias y publicaciones, de nuevo me interrumpió abruptamente y me dijo: “para ser sincero a mí las maestras como usted no me gustan, eso de que andan en otros lugares no es adecuado, no me gustan esos perfiles que destacan aquí y allá, eso no se puede hacer, le pido que si le doy la oportunidad, se decida si quiere estar en la Facultad o no, porque eso de andar de embajadora….” En ese momento, me hastíe y lo interrumpí, le dije: me permite y él me dijo no te permito nada, acto seguido le dije: pues con su permiso tengo derecho de réplica: “estoy muy orgullosa de mis logros profesionales, por ello los destaco, me honra ser invitada a otras instituciones porque eso me permite llevar el nombre de mi Facultad y de la UNAM en alto, nosotros los maestros somos quienes con nuestro trabajo, enaltecemos a la UNAM y la representamos dignamente allá fuera, yo no creo que sea algo negativo, ni que sea despreciable.” En ese momento el director se rio y le dijo a Sergio: “cómo son los genios y sobre todo las maestras inteligentes, no les gusta que se les diga nada porque siempre quieren tener la razón”.
Acto seguido me dijo: “mire en enero hablamos ahorita ya no, pero desde ahora le digo que aquí se va a ajustar a las indicaciones, eso de que estudia diversas áreas como bioética, civil, pedagogía, eso no puede ser, tiene que decidirse por una sola línea de investigación, lo transdisciplinario no es cosa de abogados, decídase, porque aquí no vamos a permitir que tenga varias líneas de investigación”. Yo me quedé anonadada, me di cuenta con tristeza que el director tenía una pésima imagen de las mujeres que destacan en varios ámbitos, sentí que estaba a la defensiva conmigo, agresivo y con un tono tendiente a despreciar mi trabajo y a mí persona. Solo le dije que no dejaría mis líneas de investigación, porque tenía un compromiso con mi labor de investigación y que el futuro era el diálogo entre diversas ciencias y disciplinas, pues eso hace honor a la universalidad de conocimientos que alberga la UNAM como bien lo sostenía Reyes Heroles.
Después de ello el director me dijo: “de todos modos no te voy a dar nada, apoyaste a la Dra. Socorro Apreza Salgado, es evidente que no te voy a dar nada, para que apoyas al equivocado.” En ese momento dio por concluida la entrevista vía zoom.
Por esta vía deseo señalar lo siguiente, quien suscribe fue víctima de violencia política, la hostilidad con la que fui tratada era una forma de decirme que yo me había ganado esa animadversión, que merecía ese trato en atención a mi posicionamiento político.
- Cabe destacar que en agosto de 2020 el director de la Facultad de Derecho, Raúl Juan Contreras Bustamante, fue designado como sinodal para mi examen de candidatura, procedí a enviar por correo el oficio de designación y una copia de mi tesis de doctorado, esto debido a la pandemia. Envíe tres veces el correo durante un mes, tanto al correo del director como al correo de la dirección, no recibí nunca contestación; un mes después me llamó la maestra Laura García Escutia para decirme que se pondría en contacto conmigo la doctora Abril Uscanga Barradas.
Efectivamente Abril Uscanga me contactó y me dijo que ella se encargaba de revisar las tesis, elaborar los votos razonados y poner al tanto al director, procedí a mandarle por correo el oficio de designación y una copia de mi tesis como ella me indicó. Abril Uscanga me envío varios artículos de su autoría relacionados y no relacionados con mi tema de investigación, pero nunca recibí retroalimentación, ni observaciones.
El 29 de octubre me llamó Abril Uscanga para pedirme un resumen de mi tesis, en esa misma llamada me dijo lo siguiente: ya acordé con el director sobre tu examen de candidatura, aquí tengo la agenda del director la fecha de tu examen de candidatura será el 3 de diciembre a las 13:00 horas, por favor notifica a tu sínodo y al área de exámenes de grado.
Procedí a hacer lo indicado. El lunes 30 de noviembre de 2020 la maestra Karina Mendoza de exámenes de grado me llama desesperada para decirme: “Aida ¿tienes pruebas de que enviaste al correo del director tu tesis? Dicen en la dirección que no tienen idea de tu tesis, que no te conocen, que no saben nada, que nunca recibieron el oficio de designación ni la tesis. Por favor, mándame una copia de tu tesis y los correos que mandaste, porque dicen que el examen no está agendado. Dicen que quieren cancelarte el examen por haber mentido, pero sé que tú no hiciste nada malo, solo mándame las pruebas”.
En ese momento, me puse muy nerviosa, yo no había hecho nada mal, seguí todas las instrucciones, tengo en mi poder los correos para notificar al director, tengo registros de los correos mandados a Abril Uscanga, registradas las llamadas que ella me hizo y que yo le hice. Unas horas más tarde se comunicó conmigo el secretario particular del director Oscar Ramos, para decirme que el director tenía otro compromiso y que no estaría en mi examen, que “autorizaban” mi examen, como si me estuvieran haciendo un favor. Bajo protesta de decir verdad, declaró que tengo en mi poder las pruebas de todo lo que narro. Actualmente Abril Uscanga Barradas es directora del Seminario de Filosofía del Derecho, a pesar de incurrir en actos que evidencian falta de integridad académica.
Cabe agregar que en reiteradas ocasiones busqué personalmente a Abril Uscanga para aclarar la situación, pero nunca me dio la cara.
- Deseo señalar que desde que llegó Martha Liliana Malanche Gómez como jefa de la división de educación a distancia me quitaron dos clases a distancia, en las que yo había participado en su diseño instruccional, después de ser docente de distancia durante 8 años, solo se habían inscrito conmigo 4 alumnos, es evidente que hicieron un grupo espejo. Así perdí en agosto de 2020 mis clases a distancia.
- El 19 de mayo de 2021, Diego Armando Guerrero García, director de educación continua de la Facultad de Derecho, me llamó a las 21:00 horas, para decirme: que yo estaba en contra de él, que si tenía un problema con él se lo dijera, que mis acciones y comentarios hablaban muy mal de mí y que ni preguntara qué había hecho yo mal, porque yo ya sabía que había actuado mal y que me atuviera a las consecuencias”. Yo no entendía nada, yo acababa de dar mi clase de personas en zoom para la especialidad de derecho civil. Diego Armando Guerrero García estaba a la defensiva diciendo que yo me oponía al régimen de la facultad, tenía una actitud inquisitiva y paranoica, le dije que me explicara el contexto, solo me dijo: “yo puedo usar el programa de radio a mí parecer y gente crítica como usted es una molestia”. En ese momento comprendí que de nueva cuenta esta persona estaba mal informada respecto a mí, traté de aclarar la situación y le mencioné que si me permitía, su programa de radio debía ser un espacio para que los alumnos y maestros construyeran conocimiento y no para dar cámaras y micrófonos a políticos.
Diego Armando Guerrero García, señaló de manera enfática y represiva que yo no tenía derecho a opinar nada, que no existe la libertad de expresión y que mis opiniones no contaban. Traté de conciliar con él mi punto de vista, defendí mis derechos y le dije que no me levantara falsos, que tenía derecho a expresarme, si bien tuvo una actitud un poco más abierta debo destacar ante esta H. Junta de Gobierno, que estas formas de proceder son gansteriles, intimidatorias y deben ser atajadas, somos una institución pública abierta a diversos puntos de vista no una continuación de la Inquisición.
- En enero de 2022 me informó el coordinador de especialidades Edwing Joel Mora Vázquez, que Ricardo Rojas Arévalo había ordenado que me quitaran de los horarios de posgrado, cuándo le dije que me notificaran por escrito y con el fundamento legal, me contestó que debía hacerme responsable por haber apoyado a la persona equivocada, que esto me lo mandaba a decir Ricardo Rojas Arévalo y que era la sanción por haber apoyado a la Dra. Socorro Apreza Salgado y puntualizó con la frase: “asume las consecuencias”.
- En esa misma línea de pensamiento, en marzo de 2022 ingresé mi demanda por despido injustificado, pues yo había solicitado la apertura del concurso de definitividad en enero de 2022, es menester señalar que yo contaba con una antigüedad de 9 años como docente, en su momento ayudé a desahogar las correcciones solicitadas por el Consejo Universitario respecto de los programas de Biología y biotecnología aplicadas al derecho y Bioderecho, no obstante lo anterior fui eliminada de los horarios de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Derecho.
No omito señalar que fui víctima de llamadas amenazantes, de número desconocidos, otras personas “cercanas” me llamaron para “regañarme” y “recriminarme” por haber demandado mis derechos laborales.
- En noviembre de 2022, Israel Sandoval Jiménez, amenazó a mi tesista Monserrat Alvarado Ventura con no darle fecha de examen profesional, porque yo era su directora de tesis, le dijo que me estaban castigando por haber demandado mis derechos laborales ante la Junta de Conciliación Federal, le dijo a mi tesista que ni se quejara que solo me diera de baja y ya, porque eso era orden del entonces secretario general Ricardo Rojas Arévalo. Israel Sandoval Jiménez en compañía de Norma Isabel de la Luz Echeverría, le dijeron a mi tesista que: “la maestra San Vicente, ni trabaja aquí, se la pasa dando clases en otros lados y además se va a la Suprema Corte a presentar sus libros, pero aquí no hace nada”. De esa manera se expresan de los catedráticos que son despedidos injustificadamente y llevan a cabo actos de intimidación en contra de ellos.
Como mi tesista no se dejó intimidar metió un oficio a la dirección para que le dieran fecha de examen, Israel Sandoval Jiménez, procedió amenazando a la directora del Seminario de Sociología del Derecho, la doctora Elsy Núñez Carpizo, de esto me enteré porque alguien que trabajaba con ella, la doctora se comunicó conmigo el 12 de noviembre, yo me sentía sumamente apenada porque estaban implicando a mi ex maestra a quien tanto admiro en una contienda estúpida. Quien suscribe le comunicó a la Dra. Elsy Núñez Carpizo, que si por favor ella se hiciera cargo de la tesis que yo dirigí durante 3 años, le dije que no quería causarle problemas a ella ni a mi tesista.
El 22 de noviembre fue el examen profesional de Monserrat Alvarado Ventura, la forzaron a presentar la tesis engargolada porque las tesis empastadas tenían mi nombre.
- El 10 de febrero de 2023 presenté mi examen de doctorado, cuando llegué la maestra Karina Mendoza titular de exámenes de grado, estaba discutiendo con personal de la dirección de la Facultad de Derecho, ella muy amable me indicó que fuera al auditorio del posgrado, más tardé me comentó que le estaban pidiendo que pasara mi examen a un salón, que yo no tenía derecho a presentar mi examen en el auditorio. Mi examen se retrasó 15 minutos por este episodio innecesario, afortunadamente presenté mi réplica satisfactoriamente.
- Solo me resta decir que la violencia, persecución y hostigamiento del que fui víctimas causó estragos en mi salud, durante 2021 y 2022 sufrí taquicardias durante 12 horas seguidas, mi corazón estaba muy débil, padecí cansancio crónico, migrañas y bradicardias. Durante un año me sometí a diversas pruebas: química sanguínea, análisis de orina, electrocardiogramas, prueba COVID, ecocardiograma, Holter de 24 horas, cateterismo cardíaco y una angiotomografía pulmonar, las pruebas no cuadraban al 100% con el diagnóstico: hipertensión pulmonar, mi cuerpo de acuerdo con las pruebas estaba sano, pero aun así el oxímetro marcaba las taquicardias y el ecocardiograma arrojó que la presión arterial de los pulmones estaba elevada.
Fui con varios cardiólogos, mi cardióloga de cabecera fue la doctora Mariana Pacheco. Ella me dijo que mi padecimiento estaba directamente relacionado con el estrés generado por el acoso laboral y la percusión que estaba padeciendo en la Facultad de Derecho, en aquel tiempo no contaba con seguridad social debido al despido injustificado del que fui víctima, esto también abrevo en más estrés y ansiedad, pues todos los gastos de salud -que fueron onerosos- corrieron por mi cuenta y yo había sufrido una merma considerable en mis ingresos. La cardióloga me canalizó con un psicólogo, me prescribió medicamento, dio seguimiento a mi salud durante un año, ella me ayudó vía telefónica en varios episodios de bradicardia que presente debido a los efectos secundarios de los medicamentos, su mejor consejo y que seguí al pie de la letra fue que me olvidara de todo el dolor y frustración, que no volviera a recordar los episodios de violencia que había padecido a manos de las autoridades de la Facultad de Derecho, gracias a ese valioso consejo hoy estoy sana, en mi ecocardiograma del año pasado salió todo bien gracias a Dios. Tengo las pruebas, los estudios y mi doctora puede presentar su dictamen.
Huelga decir que hablo con honestidad, no miento, no tengo porqué, tengo pruebas de todo lo que he relatado; mi familia también padeció conmigo las injusticias. Incluso es re-victimizante para mí evocar todo lo que he padecido porque las veces que me quejé obtuve la respuesta: ¿y tú qué les hiciste? Por ello tenemos que sensibilizar respecto a la violencia de género.
Me permito señalar que temo mucho ser otra vez, víctima de represalias, medité mucho para escribir esta carta, me di valor porque mi institución mi UNAM, merece algo mejor y no quiero que más personas sean violentadas, mi proceder enmarca responsabilidad social; escribo esta misiva con el corazón abierto, guiada por el compromiso de predicar con el ejemplo y el sentido de la justicia.
Hoy celebro que la Junta de Gobierno designara al Dr. Leonardo Lomelí Venegas, deseo que su amor a la UNAM lo lleve a erradicar estas prácticas deleznables que no son dignas de un recinto universitario.
Afuera la violencia de género de la Máxima Casa de Estudios, afuera el machismo y el patriarcado ejercido por hombres y mujeres con poder en la Facultad de Derecho de la UNAM.
Con información de Latitud Megalópolis